miércoles, 8 de febrero de 2012

Desde la ventana se ve el mundo


Se levantó de la mesa y se dirigió al cuarto de estar donde se puso a mirar por la ventana. Vió una camioneta blanca que recorría la oscura y desierta calle a muy poca velocidad. La camioneta se detuvo en un espacio vacio frente a la ventana de su casa. Se llevó los dedos al labio al ver a un hombre y una mujer en el asiento delantero y dos niños en el asiento trasero. Bajaron todos del vehículo y comenzaron a hurgar en los contenedores y cubos de basura. "Mira Papá, hay fruta" - oyó decir a uno de los niños, antes de echar las cortinas y dejar a aquella familia desaparecida como por ensalmo bajo la oscuridad de la noche.
Entonces volvió de nuevo a la mesa de la cocina. Se sirvió un Whisky, dió un trago y se lo llevó al baño. Se cepilló los dientes con tranquilidad. Escuchó a Carmela gritarle desde la habitación - ¿Que hora es?... ¡Dios Santo me he dormido! - Duerme cariño, estoy buscando una cosa - contestó.
Se le cayeron varias cajas del armario de las medicinas.
- ¿Donde estan las aspirinas?- preguntó.
Volvieron a caer más cosas del armario de las medicinas al suelo.
Pero ya no importaba, todo, dentro y fuera de su hogar,
de una forma u otra se estaba viniendo abajo.

A veces funciona, a veces no


Tengo el bolsillo de mi albornoz lleno de notas.
Me juego el huevo izquierdo a que todas esas notas
las he escrito borracho. Por eso las guardo.
A veces saco alguna y la leo
y casi nunca recuerdo cuando fue escrita.

Hoy encontré una que decía:
"Eres una buena persona".

Desgraciadamente no recuerdo porqué motivo
escribí aquello.

Ya te digo, son simplemente notas.
Las guardo en el bolsillo del albornoz, como si fuera un desván
donde se guardan cosas de una persona
a la que un día encerraron
y se olvidaron de ella.