miércoles, 27 de octubre de 2010

Un paisaje de antenas

Busca un clinex en el bolso y cae en la cuenta de que se le acabaron la última vez que fue al baño.
Se sube las bragas, se baja la falda y olvida el Ron con Cola sobre la cisterna del water.
Antes de volver a la pista de baile un último retoque en el espejo. Algo de pintalabios, algo de maquillaje antiojeras y enciende un cigarrillo.
Cruza todo el bar desde el servicio hasta la puerta de salida sabiendo que tiene muchos ojos puestos en ella.
Allí la espera Rosa, una vieja amiga de universidad. Las conozco a las dos. Clara y yo estuvimos liados durante un tiempo. No fue amor, pero si hubo mucho frenesí. Nos lo montábamos muy bien entonces. Yo vivía solo y a ella le gustaba sentarse frente al balcón de mi habitación con las puertas abiertas. Decia que le encantaba ver amanecer desde allí. Pasamos muchas noches hablando, fumando y bebiendo. Juntos, leímos a la mayoría de los escritores rusos.Leonid Andréyev, Mijail Sholokhov, Gógol, Antón Chejóv...
Ahora me doy cuenta de que en aquel momento me gustaba estar con aquella chica.
No se como, supongo que por mi culpa, nos fuimos alejando el uno del otro. O quizás me alejé yo como de costumbre. La cuestión es que la última noticia que tenía de ella era que se había divorciado de un empresario muy bien situado. Y me alegré cuando me lo contaron. Dios sabe que me alegré.
Pero esta noche no me apetece hablar con ella. La veo feliz bailando cojida de la mano de Rosa. Además a comenzado a tontear con un tipo de pelo engominado. Prefiero irme. Prefiero salir del local sin ser visto.
Miro en la agenda del movil y busco su nombre. Doy con él. Quizás mañana le mande un mensaje, pienso. O quizás no. ¿Que le iba a decir?.. "te ví anoche en el "Manhattan Club" y no te hablé porque no sabia que decirte y ahora te escribo este mensaje para que lo sepas." Me parece una tonteria.
Lo mejor es desaparecer de aqui. Quiero llegar a casa y meterme en la cama. Aunque he tomado varias copas me atrevo a conducir.

Al salir del local, el frio de la noche activa todos mis músculos. Busco el coche que está aparcado entre dos contenedores. Suelto una buena meada antes de subir a él.
Conduce con cuidado, me digo al arrancar el motor.

Conduje con cuidado hasta llegar a casa.

Me descalzé al entrar. Busqué papel de fumar entre los cajones del comedor y vacilé delante de una botella de whisky el tomarme la última copa.En ese momento sonó el móvil. Había recibido un mensaje. Y pensé en ella.Desee que fuese ella. Cogí el aparato y leí su nombre "Clara Galván".
Era ella. Entonces me había visto en el bar. No podia ser casualidad que se acordase de mi a las 4 de la mañana en un bar de copas. Abrí el mensaje y pude leer (literalmente): "Hola que tal? creo que te he visto esta noche en el Manhattan???... pero no me atreví a acercarme porque no sabia que decirte jejej... te escribo este mensaje para que lo sepas. Podríamos tomar café algún dia. Aún recuerdo las mañanas desde tu balcón. Espero que todo te vaya bien.
Besos, Clara".
Continúo un rato de pie en el salón leyendo una y otra vez el mensaje hasta echarme a reir. Sigo descalzo y el suelo comienza a congelarme los pies. Me pongo las sandalias y vuelvo a buscar el papel de fumar. Lo encuentro en el cajón del recibidor. Lio un cigarrillo y me asomo al balcón de mi habitación.
Lo único que se ve es ropa tendida en la ventana de enfrente y antenas de televisión en tejados de uralitas.
No entiendo que veía desde aqui que le gustara tanto.

lunes, 25 de octubre de 2010

La boca huele a lo que comemos

Llegué a la consulta de aquel médico. "Joaquin Sanz . Urologia " ponía en una placa dorada de la entrada. La secretaria me preguntó mi nombre. - Mark Spitz - contesté. La señorita comenzo a buscar el apellido entre una serie de fichas. Mientras, yo aproveché para violarla un poco con la mirada. El tiempo suficiente. Buenas piernas. Buenas tetas y una cara bonita. Un médico listo, pensé.
- No encuentro su ficha señor Spitz.
- Es obvio monada, en realidad me llamo Pelayo Carrasco. Ha sido una fanfarronada, lo siento -. Se rió con desdén y comenzó a buscar de nuevo entre las fichas. Tenia una pinta bastante sexy. Debia de andar entre los 40 y los 45. Nena, pensé, podria darte una cabalgada que no olvidarías en la vida.
- Lea y firme al final del formulario -. Me alcanzó la hoja. No encontré el menor atisbo de sexo en su mirada. Comencé a ojear el formulario de forma desinteresada mientras me rascaba el cogote.
- ¿Le gusta el ajo? - preguntó con el ceño fruncido -. Al principio dudé... consideré aquella pregunta un tanto fuera de lugar -. Si... desayuno todos los días una tostada con aceite y ajo. ¿Es mi aliento quien me ha delatado?.
- Si. Debería masticar chicle o caramelos -. Firmé el formulario y le devolví el bolígrafo. - No no... quédese el bolígrafo. Debe de oler también a ajo y no soporto ese olor. - ¡Joder!, pensé - ¿tiene usted algun chicle o caramelo? no quiero causarle la misma impresion a su jefe.
- No, no tengo. Lo siento.
- Pues debería de masticar chicle usted también, le huele el aliento demasiado a polla. -Se limitó a soltar una risa fácil y decir por el telefonillo con voz mimosa "Señor Sanz, el señor Spitz se dirige a su despacho".

Todos los locos me hablan

No había sido un buen día. Subí al vagon del metro y me senté frente a un tipo gordo y calvo. Tenía pinta de devorar chocolatinas viendo películas porno. El tipo simplemente estaba allí sentado y balbuceaba algo entre sus labios.
- Esta bien tio. ¡No me gusta tu cara! - gritó de repente -. Acabas de entrar en mi lista, cabrón. Te acabas de convertir en el primero de mi lista. ¡Te voy a romper el culo a patadas! ¿me oyes? te estoy hablando a ti pedazo de mierda .- Aquello era demasiado para mi. Sorprendido, deje caer al suelo el periódico y me puse en pie. - ¡Esta bien! - le dije - gilipollas te recojo el reto ¡a ostias te voy a romper esa bocaza! ¿quieres aqui dentro o esperamos a salir fuera? -. Miré al tipo. Continuaba hablando con la mirada fija en el techo del vagón, de forma demente -. Te lo digo a ti Jesucristo... estas el primero en mi lista ¡te voy a romper el culo! - volvió a gritar.
Dios santo, pensé, ¡he caido como un imbecil!.
La ciudad esta llena de locos. Y yo les presto demasiada atencion.

lunes, 18 de octubre de 2010

Maneras

¿Que que es lo que hago?
Pues intentar explicarte que
después de la monotonía diaria
hay maneras
de sobrellevar la vida
inventándose razones para ello.
Y tan razonable puede ser
irse de putas
como intentar escribir un poema.




Orígenes

Forastero por vocación. Acostumbrado a no jugar jamás en campo propio. Circunstancia que nada me molesta, al contrario, de esa forma siempre he templado mi acero. Aunque debería decir que nada me molestaba. Con los años empiezo a notar sobre mi piel los arañazos del desarraigo y este sintoma de debilidad me alarma. "Son los años" me digo. "Te haces viejo" me repito. Y es lo que más temo, porque los viejos son los pordioseros del amor. Son fáciles de satisfacer, se conforman con un mendrugo de cariño, aunque sea por caridad.

Llevo con este pensamiento a cuestas toda esta noche, como si cargara un cesto de piedras al hombro haciéndome el incauto. Y es ahora cuando con el derrumbe de mi fortaleza comienza a crecer el embrión de otra debilidad aún más peligrosa, el conformismo.

El desarraigo y el tiempo me hacen pensar en volver a casa. Hay muchos caminos que llevan al sur. Caminos de olivos y Sol.

Pero os advierto que no reniego que en el menor descuido de esta vuelta a los orígenes me vuelva a perder por las ramas. Aunque sea por un mendrugo de cariño, aunque sea por caridad.

Tengo los ojos de color negro

- ¿Siempre vistes con camisetas blancas?

- Casi siempre.

- ¿Te gusta el blanco?

- No especialmente, pero creo que la gente se fija más en la forma de vestir que en el color de tus ojos. Creo que las camisetas son el reflejo del alma.

jueves, 7 de octubre de 2010

Algún amigo se preguntará que coño he estado haciendo durante todo este tiempo.
Leyendo a Benedetti, el amor, las mujeres y la vida.
Es la única excusa creible.

Seamos sinceros

"No sabes la suerte que tienes siendo feo, porque si le agradas a alguien sabes que es por otra cosa".
Yo lo tomé como un cumplido... ¿que habrías hecho tu?

Gilipollas

Me dí cuenta nada más verle la cara a aquél tipo. Pero hay pocos bares abiertos en Cuenca a las seis de la mañana.
El local estaba completamente vacío. Solos él, y yo. Pedí un café con leche y comenté algo sobre lo frío que amanecía el día. Él ni siquiera me miró a la cara. Se limitó a servir el café y sentarse en un banco que tenía tras la barra. En ese momento ya me entraron ganas de llamarle gilipollas y aconsejarle que se metiera el café por el culo, pero como he dicho antes, hay pocos bares abiertos en Cuenca a las seis de la mañana.
El resto del tiempo que pasé allí, unos quince minutos, no mantuvimos conversación alguna hasta el momento de irme.
- ¿Me cobras el café?
- ¿Ha sido solo el café o algo más?
- No... también me he comido el plato donde me pusiste la tostada, ¡gilipollas!.

Me ocurre como con las mujeres, no soporto quedarme con las ganas.

Un pellizco a la vida

Ayer Lady Anne despertó en mi cama.
Y la ví caminar desnuda por la habitación.
Se fue al baño. Salió en seguida, realmente maravillosa.
Se desperezó sosegadamente, buena cosa. Y se tendió junto a mi.
- ¿Te dije que era poeta Lady Anne?
- Si, me lo dijiste.
- Pues abre las piernas.
- Tu eres loco, tu eres loco.
- Todo esto es resultado de nuestra locura lady Anne… ¿sabes?... hay mujeres buenas en el mundo, yo he conocido incluso a una o dos. Abre la boca y dime, ¿cuantas primaveras nos tocan?.
-La respuesta tu sabes.
- ¿Te dije que era poeta Lady Anne?
- Si, me lo dijiste.
- Eso también era mentira.