Lo que está acabando conmigo no es el alcohol que sustituye a la sangre de mis venas.
Ni la mezcla de alquitrán y Hachis, que al amparo del tiempo, incuban un cáncer en el mapa de mis pulmones.
Lo que está acabando conmigo es esta puta adicción a la tristeza.
A sabiendas de que solo quedará de mi
un papel donde un día escribí algo
y lo borró la lluvia.