jueves, 23 de diciembre de 2010

Palabras robadas

"Cambiar el mundo,

amigo Sancho, que no es locura ni utopia,

si no justicia."

Miguel de Cervantes



viernes, 10 de diciembre de 2010

De estrellas y mentiras

- ¿Por qué están siempre las estrellas en el cielo, Papá?

- Hay dos teorias, pequeña. Una primera que se basa en la mitologia griega, que cuenta como la reina Casiopea, esposa de Cefeo, rey de Etiopía, se vanagloriaba demasiado de tener una hija que era más bellas que todas las ninfas del mar. Su nombre era Andrómeda. Así que las ninfas del mar, que eran chicas muy guapas, enojadas, pidieron a Poseidón que se vengara por ellas. Poseidón, que era el dios del mar, obstinado en su venganza, decidió enviar un monstruo marino que tenía forma de ballena, cabeza de ballena y cola de ballena. Pero no era una ballena.
- ¿Y que era Papá?
- Un monstruo marino parecido a una ballena... pero no me acuerdo del nombre. Lo cierto es que Poseidón lo envió con la intención de que devorara a Andrómeda, la bonita hija de la reina Casiopea.
- ¿Y la devoró?
- Casi. Justo a tiempo apareció Perseo a lomos de su veloz caballo Pegaso para liberar a Andrómeda del monstruo marino y salvarle la vida. Este caballo era especial, pequeña. Era un caballo volador. Perseo era un guapo aventurero que en una de sus hazañas venció al monstruo Medusa y vió como la sangre de esta se transformaba en un caballo alado. Perseo y Pegaso, una buena pareja.
- ¿Y se casaron?
- Si. Perseo y Andrómeda se casaron posteriormente. Y para celebrar este acontecimiento, los dioses enviaron a todos los participantes a poblar el cielo. Y ahí siguen todos. Cada uno es alguna de las estrellas que ves brillar ahí arriba.
- Que bonito.
- Aunque hay otra teoria, esta más cientifica, que explica como las estrellas son un cúmulo de materia en estado de plasma que están en un contínuo proceso de colapso, interactuando varias potencias que igualan este proceso en un estado hidrostático.
- Me gusta más la teoria de Perseo y Andrómeda, Papá.

- A todo el mundo le gusta más esa teoria.

martes, 7 de diciembre de 2010

Compañeros perros

Se ha estado lamiendo los huevos desde que terminamos de cenar
hace ya al menos una hora.
Ahora lo tengo tumbado en la alfombra
roncando como un león.
Normal que le apetezca dormir un rato.
Es lo que tiene vivir en confianza.

Él también sabe cuantas pajas me hago yo
al día.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Noche de lluvia

La lluvia desde dentro del cristal
la piel descompuesta de los paraguas
el silencio
de las plazas
vacías.
Cae agua
como limosna en un platillo de metal.
Alguien ha hecho de la noche un castillo de naipes
que se prende de los párpados
cayendo
aplastándose
como un insecto
contra el parabrisas de un coche.

Llueve en la luz de las farolas
y más allá de las farolas
la lluvia ya no existe.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Un paisaje de antenas (continuación)

Hacía frio. Mucho frio. Tanto como para poner de punta los pelos del culo de un lobo. Y llegaba tarde a mi cita con Clara. Arranqué el motor del coche y este hizo un primer amago de desvanecimiento. No me falles compañero, le dije. Al segundo intento arrancó. Apreté fuerte el acelerador a lo largo de toda la Nacional sexta. Conduje todo el camino sin encender un cigarrillo, algo insólito en mí. Había quedado en una cafetería del centro y haciendo cuentas, llegaba como mínimo quince minutos tarde. Ni siquiera conecté la radio. Concentré todos mis sentidos en la carretera con la única compañía de los rugidos de mi viejo Ford.
Al llegar a la ciudad pensé en dejar el coche en el primer lugar que encontrase libre. No me importaba caminar un buen trecho hasta el centro. Correría tan veloz como un guepardo en busca de Clara. Pero poco a poco me fui metiendo en sus entrañas hasta llegar a las puertas de la Cafetería. Al pasar, disminuí la velocidad con la intención de ver a Clara a través de la enorme cristalera, sentada en una mesa tal vez, tomando una infusión o un café. La imaginaba radiante y explosiva. Quizás esté entretenida leyendo el periódico, pensé. Pero unas cortinas blancas cubrían los enormes ventanales por dentro no dejando ver el interior del local.
Me puse nervioso. No atisbé aparcamiento ninguno por la zona hasta llegar al final de la calle. Allí encontré una explanada que parecía ser un Parking. Entré y vi a un tipo con una gorra azul que me hacía señales desde la distancia. Encendía y apagaba una barra de luz amarilla que sostenía en su mano derecha levantada, como si de un conquistador intergaláctico se tratase. Al verlo sonreí.
Me indicaba un hueco libre allá, al fondo. Pero había cuarenta aparcamientos libres en la misma entrada del Parking. Vacilé y aparqué en el primer lugar que ví. Entonces el tipo de la gorra corrió hacía mi coche dando pitidos con un silbato y con la barra de luz amarilla agitándola por los aires.
- ¡Te estoy llamando desde allí!... empezamos a aparcar por el fondo.
Tenía una cabeza muy pequeña en proporción a su cuerpo y gafas que aumentaban el tamaño de sus ojos considerablemente.
- Lo siento pero llego tarde a una cita. Lo dejo aquí - mascullé mientras me bajaba del coche.
- Está bien, tome el Ticket. Son dos con cincuenta.
- ¿Ticket? ¿Tengo que pagar?
Joder, no quería perder tiempo en discusiones. Pero odio tener que pagar por aparcar mi coche en la ciudad. Pago mis impuestos de circulación y en ellos creo que entra mi derecho a estacionar el vehículo donde quiera.
En cierta ocasión tuve un problema con uno de esos “gorrillas” que andan por ahí. Llevaba cerca de una hora buscando aparcamiento cuando por fin encontré uno, y de pronto, como si nacido de la nada, apareció este tipo y comenzó a hacerme indicaciones. ¡Izquierda! ¡izquierda! ¡Derecha! ¡derecha! me gritaba como si yo fuera un imbécil que no es capaz de meter su vehículo en un espacio de cuatro metros. El tipo me recriminó después que no le diera dinero. Y me amenazó en cierto modo con la seguridad que podía correr la integridad de mi coche. Entonces me acerqué a él, le pegué un pellizco en los huevos y le dije fríamente mirándole a los ojos “haz con el coche lo que quieras. Tiene veinticinco años y no es mío. Pero como se te ocurra llevarte la medalla de la Virgen de la Encarnación que cuelga del espejo retrovisor, te buscaré por todos los asquerosos rincones de esta maldita ciudad hasta dar contigo”. Le apreté tan fuerte los huevos que perdió durante unos segundos la respiración. Más tarde, cuando volví, la medalla de la Virgen seguía allí colgando.

- Son dos con cincuenta – volvió a repetirme el aparcacoches con ojos de Búho.
- Deacuerdo - dije a la vez que me limpiaba las solapas de mi chaqueta de pequeñas minutas de polvo blanco - vengo a recoger a Clara Gómez. ¿Sabe quién es Clara Gómez?
- No
- Pues es la consejera de "Nuevas infraestructuras sociales" de la Comunidad autónoma.
- ¿Y?
-¿Y sabe quién soy yo?
- No.
- Soy Pelayo Carrasco, concejal de cultura del ayuntamiento de Alcorcón.
- Pues el concejal de cultura del ayuntamiento de Alcorcón en este Parking privado de Madrid ¿sabe lo que es? – me preguntó mientras se ajustaba firmemente la gorra a su pequeña cabeza - un pringao.
- Pues entonces amigo mío, igual que en Alcorcón - sentencié.
Nos echamos a reír y le acerqué un cigarrillo.

- Mire… son solo cinco minutos. Recojo a mi chica y me largo.
- Cinco minutos, ni uno más. Uno más y te pongo el ticket.
- Ok jefe. Por cierto... ¿cree que me queda bien esta chaqueta?
- Le queda fatal. Pero al menos, límpiele mejor las solapas.

Miré el reloj. Llegaba con media hora de retraso. Anduve lo más rápido que pude hasta llegar a la cafetería. Al entrar, el local estaba lleno. Busqué a Clara pero no la encontré. Me senté en un taburete de la barra y pedí un té rojo al camarero. Cuando el camarero me trajo el té, le pregunté si había visto a una chica con buen cuerpo, rubia,de pelo rizado y ojos verdes.
- No señor, pero creo que andamos buscando lo mismo… ¡ojalá la hubiera visto! Jajaja – contestó riéndose.
No era normal. Clara era una de las personas más puntuales que había conocido en mi vida.
Así que decidí llamarla. Saqué el móvil y mientras buscaba su nombre en la agenda del teléfono, una voz de mujer me habló a mi espalda. Al darme la vuelta la vi. Era ella. Acababa de llegar.
-¿Llevas mucho tiempo esperando?
-Bueno… es mi segundo té - mentí.
- Lo siento, pero no sabes cómo está el tráfico y no encontraba aparcamiento por ningún sitio. No he podido llamarte por teléfono porque se me ha agotado la batería y decidí, cansada de dar vueltas por ahí buscando aparcamiento, venir a buscarte. Pero tengo el coche ahí fuera mal aparcado sobre la acera.
-Perfecto. Podemos hacer una cosa. Salimos de esta cafetería y nos vamos a otro sitio. Conozco un lugar que tiene unas bonitas vistas. De esa forma no dejas el coche mal aparcado.
- Bien vámonos. ¿Pero tú has venido en coche Pelayo?
- ¡Por Dios! ¿me consideras un loco? He venido en bus, cariño.

(Quizás continúe).

Dedicado a Latita de almendras.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La eternidad

Me gustaría recordar cuando fue
la última vez
que me limpiaron el culo.
Porque más temprano que tarde me
lo volverán a limpiar.
El tiempo pasa
inexorable.
Y al final, supongo
que te das cuenta que eres
solo uno más
que ha pasado
por aqui
sin dejar huella
comiendo
follando
durmiendo
cagando
has perdido
la vida.
Pero algunos hicieron
algo.
Mozart
Shakespeare
Lennon
Marylin
muchos
se ganaron el don de la ubicuidad.
Vivirán en todas las mentes
de todos
los rincones de
este jodido planeta por
los siglos de los siglos
amén.

Algo tenemos que hacer señores
si queremos ganarnos la eternidad.

Los dias son gotas de lluvia en el cristal
que resbalan por la vida.
Y nos queda poco tiempo.
Para lograr ser eternos
como el hombre del saco.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Autobiografia Nº3

Mi poesia apesta.
Apesta porque
me gusta asi.
Porque hay gente
que leyendo mierda ajena
encuentra la espiral
de sus pecados.
Mi poesia se basa siempre
en que quizás
este pueda ser el último minuto que me quede de vida
y
escribir sea la única forma
de darle una patada en el culo
a la muerte.

Mi poesia apesta y
tal vez nunca consiga
embaucaros.
Pero a veces
no es basura lo que mal huele
sino
el cuerpo corrompido
de esta carroñera humanidad.

Siempre que escribo un poema
me tiro un pedo.
Aunque solo sea por
ayudar un poco
a la inspiración.

Perro/Perra

Llamamé.
Iré rápido.
Solo hace falta
un grito
una carta
una llamada
un silbido.
Acudiré tan rápido como pueda.
Como un perro
a
olisquearte ese agujero que tienes
entre las piernas.
Dime ladra
y digo
Guau!

Mientras duermes

Te miro durante un buen rato
mientras tu duermes
a mi lado en la cama.
Me viene un poema a la cabeza.
Un poema que podría ser
quizás
un camino circular
de solo dos palabras.
Convulso
radiante
un cuadro de Miró
un bodegón erótico
de vinos exóticos
de uvas pasas.
Seremos lo que nadie puede ser.
Lo que todos desconocen.
Comeremos de nuestro veneno
y lameremos espinas.
Nos chuparemos la sangre
y con las gotas que caigan
pintare' flores para ti.

No hay papel
no hay boligrafo.
Pero si hay corazón.
Y tu cuerpo,
lienzo desnudo entre las sabanas.
Pienso
en escribirlo.

Escribirte "te quiero" a lenguetazos
en la espalda.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Un paisaje de antenas

Busca un clinex en el bolso y cae en la cuenta de que se le acabaron la última vez que fue al baño.
Se sube las bragas, se baja la falda y olvida el Ron con Cola sobre la cisterna del water.
Antes de volver a la pista de baile un último retoque en el espejo. Algo de pintalabios, algo de maquillaje antiojeras y enciende un cigarrillo.
Cruza todo el bar desde el servicio hasta la puerta de salida sabiendo que tiene muchos ojos puestos en ella.
Allí la espera Rosa, una vieja amiga de universidad. Las conozco a las dos. Clara y yo estuvimos liados durante un tiempo. No fue amor, pero si hubo mucho frenesí. Nos lo montábamos muy bien entonces. Yo vivía solo y a ella le gustaba sentarse frente al balcón de mi habitación con las puertas abiertas. Decia que le encantaba ver amanecer desde allí. Pasamos muchas noches hablando, fumando y bebiendo. Juntos, leímos a la mayoría de los escritores rusos.Leonid Andréyev, Mijail Sholokhov, Gógol, Antón Chejóv...
Ahora me doy cuenta de que en aquel momento me gustaba estar con aquella chica.
No se como, supongo que por mi culpa, nos fuimos alejando el uno del otro. O quizás me alejé yo como de costumbre. La cuestión es que la última noticia que tenía de ella era que se había divorciado de un empresario muy bien situado. Y me alegré cuando me lo contaron. Dios sabe que me alegré.
Pero esta noche no me apetece hablar con ella. La veo feliz bailando cojida de la mano de Rosa. Además a comenzado a tontear con un tipo de pelo engominado. Prefiero irme. Prefiero salir del local sin ser visto.
Miro en la agenda del movil y busco su nombre. Doy con él. Quizás mañana le mande un mensaje, pienso. O quizás no. ¿Que le iba a decir?.. "te ví anoche en el "Manhattan Club" y no te hablé porque no sabia que decirte y ahora te escribo este mensaje para que lo sepas." Me parece una tonteria.
Lo mejor es desaparecer de aqui. Quiero llegar a casa y meterme en la cama. Aunque he tomado varias copas me atrevo a conducir.

Al salir del local, el frio de la noche activa todos mis músculos. Busco el coche que está aparcado entre dos contenedores. Suelto una buena meada antes de subir a él.
Conduce con cuidado, me digo al arrancar el motor.

Conduje con cuidado hasta llegar a casa.

Me descalzé al entrar. Busqué papel de fumar entre los cajones del comedor y vacilé delante de una botella de whisky el tomarme la última copa.En ese momento sonó el móvil. Había recibido un mensaje. Y pensé en ella.Desee que fuese ella. Cogí el aparato y leí su nombre "Clara Galván".
Era ella. Entonces me había visto en el bar. No podia ser casualidad que se acordase de mi a las 4 de la mañana en un bar de copas. Abrí el mensaje y pude leer (literalmente): "Hola que tal? creo que te he visto esta noche en el Manhattan???... pero no me atreví a acercarme porque no sabia que decirte jejej... te escribo este mensaje para que lo sepas. Podríamos tomar café algún dia. Aún recuerdo las mañanas desde tu balcón. Espero que todo te vaya bien.
Besos, Clara".
Continúo un rato de pie en el salón leyendo una y otra vez el mensaje hasta echarme a reir. Sigo descalzo y el suelo comienza a congelarme los pies. Me pongo las sandalias y vuelvo a buscar el papel de fumar. Lo encuentro en el cajón del recibidor. Lio un cigarrillo y me asomo al balcón de mi habitación.
Lo único que se ve es ropa tendida en la ventana de enfrente y antenas de televisión en tejados de uralitas.
No entiendo que veía desde aqui que le gustara tanto.

lunes, 25 de octubre de 2010

La boca huele a lo que comemos

Llegué a la consulta de aquel médico. "Joaquin Sanz . Urologia " ponía en una placa dorada de la entrada. La secretaria me preguntó mi nombre. - Mark Spitz - contesté. La señorita comenzo a buscar el apellido entre una serie de fichas. Mientras, yo aproveché para violarla un poco con la mirada. El tiempo suficiente. Buenas piernas. Buenas tetas y una cara bonita. Un médico listo, pensé.
- No encuentro su ficha señor Spitz.
- Es obvio monada, en realidad me llamo Pelayo Carrasco. Ha sido una fanfarronada, lo siento -. Se rió con desdén y comenzó a buscar de nuevo entre las fichas. Tenia una pinta bastante sexy. Debia de andar entre los 40 y los 45. Nena, pensé, podria darte una cabalgada que no olvidarías en la vida.
- Lea y firme al final del formulario -. Me alcanzó la hoja. No encontré el menor atisbo de sexo en su mirada. Comencé a ojear el formulario de forma desinteresada mientras me rascaba el cogote.
- ¿Le gusta el ajo? - preguntó con el ceño fruncido -. Al principio dudé... consideré aquella pregunta un tanto fuera de lugar -. Si... desayuno todos los días una tostada con aceite y ajo. ¿Es mi aliento quien me ha delatado?.
- Si. Debería masticar chicle o caramelos -. Firmé el formulario y le devolví el bolígrafo. - No no... quédese el bolígrafo. Debe de oler también a ajo y no soporto ese olor. - ¡Joder!, pensé - ¿tiene usted algun chicle o caramelo? no quiero causarle la misma impresion a su jefe.
- No, no tengo. Lo siento.
- Pues debería de masticar chicle usted también, le huele el aliento demasiado a polla. -Se limitó a soltar una risa fácil y decir por el telefonillo con voz mimosa "Señor Sanz, el señor Spitz se dirige a su despacho".

Todos los locos me hablan

No había sido un buen día. Subí al vagon del metro y me senté frente a un tipo gordo y calvo. Tenía pinta de devorar chocolatinas viendo películas porno. El tipo simplemente estaba allí sentado y balbuceaba algo entre sus labios.
- Esta bien tio. ¡No me gusta tu cara! - gritó de repente -. Acabas de entrar en mi lista, cabrón. Te acabas de convertir en el primero de mi lista. ¡Te voy a romper el culo a patadas! ¿me oyes? te estoy hablando a ti pedazo de mierda .- Aquello era demasiado para mi. Sorprendido, deje caer al suelo el periódico y me puse en pie. - ¡Esta bien! - le dije - gilipollas te recojo el reto ¡a ostias te voy a romper esa bocaza! ¿quieres aqui dentro o esperamos a salir fuera? -. Miré al tipo. Continuaba hablando con la mirada fija en el techo del vagón, de forma demente -. Te lo digo a ti Jesucristo... estas el primero en mi lista ¡te voy a romper el culo! - volvió a gritar.
Dios santo, pensé, ¡he caido como un imbecil!.
La ciudad esta llena de locos. Y yo les presto demasiada atencion.

lunes, 18 de octubre de 2010

Maneras

¿Que que es lo que hago?
Pues intentar explicarte que
después de la monotonía diaria
hay maneras
de sobrellevar la vida
inventándose razones para ello.
Y tan razonable puede ser
irse de putas
como intentar escribir un poema.




Orígenes

Forastero por vocación. Acostumbrado a no jugar jamás en campo propio. Circunstancia que nada me molesta, al contrario, de esa forma siempre he templado mi acero. Aunque debería decir que nada me molestaba. Con los años empiezo a notar sobre mi piel los arañazos del desarraigo y este sintoma de debilidad me alarma. "Son los años" me digo. "Te haces viejo" me repito. Y es lo que más temo, porque los viejos son los pordioseros del amor. Son fáciles de satisfacer, se conforman con un mendrugo de cariño, aunque sea por caridad.

Llevo con este pensamiento a cuestas toda esta noche, como si cargara un cesto de piedras al hombro haciéndome el incauto. Y es ahora cuando con el derrumbe de mi fortaleza comienza a crecer el embrión de otra debilidad aún más peligrosa, el conformismo.

El desarraigo y el tiempo me hacen pensar en volver a casa. Hay muchos caminos que llevan al sur. Caminos de olivos y Sol.

Pero os advierto que no reniego que en el menor descuido de esta vuelta a los orígenes me vuelva a perder por las ramas. Aunque sea por un mendrugo de cariño, aunque sea por caridad.

Tengo los ojos de color negro

- ¿Siempre vistes con camisetas blancas?

- Casi siempre.

- ¿Te gusta el blanco?

- No especialmente, pero creo que la gente se fija más en la forma de vestir que en el color de tus ojos. Creo que las camisetas son el reflejo del alma.

jueves, 7 de octubre de 2010

Algún amigo se preguntará que coño he estado haciendo durante todo este tiempo.
Leyendo a Benedetti, el amor, las mujeres y la vida.
Es la única excusa creible.

Seamos sinceros

"No sabes la suerte que tienes siendo feo, porque si le agradas a alguien sabes que es por otra cosa".
Yo lo tomé como un cumplido... ¿que habrías hecho tu?

Gilipollas

Me dí cuenta nada más verle la cara a aquél tipo. Pero hay pocos bares abiertos en Cuenca a las seis de la mañana.
El local estaba completamente vacío. Solos él, y yo. Pedí un café con leche y comenté algo sobre lo frío que amanecía el día. Él ni siquiera me miró a la cara. Se limitó a servir el café y sentarse en un banco que tenía tras la barra. En ese momento ya me entraron ganas de llamarle gilipollas y aconsejarle que se metiera el café por el culo, pero como he dicho antes, hay pocos bares abiertos en Cuenca a las seis de la mañana.
El resto del tiempo que pasé allí, unos quince minutos, no mantuvimos conversación alguna hasta el momento de irme.
- ¿Me cobras el café?
- ¿Ha sido solo el café o algo más?
- No... también me he comido el plato donde me pusiste la tostada, ¡gilipollas!.

Me ocurre como con las mujeres, no soporto quedarme con las ganas.

Un pellizco a la vida

Ayer Lady Anne despertó en mi cama.
Y la ví caminar desnuda por la habitación.
Se fue al baño. Salió en seguida, realmente maravillosa.
Se desperezó sosegadamente, buena cosa. Y se tendió junto a mi.
- ¿Te dije que era poeta Lady Anne?
- Si, me lo dijiste.
- Pues abre las piernas.
- Tu eres loco, tu eres loco.
- Todo esto es resultado de nuestra locura lady Anne… ¿sabes?... hay mujeres buenas en el mundo, yo he conocido incluso a una o dos. Abre la boca y dime, ¿cuantas primaveras nos tocan?.
-La respuesta tu sabes.
- ¿Te dije que era poeta Lady Anne?
- Si, me lo dijiste.
- Eso también era mentira.

martes, 29 de junio de 2010

No manches de sangre la alfombra del salón

Hay dias que humedecen el corazón.
Y notas la sangre goteándote por dentro
como si de una herida de muerte.
Saborear esa humedad
me hace pensar en lágrimas
y en tí.
Lo que en el fondo viene a ser lo mismo.

Cuestión de supervivencia

Dejo todas las noches comida para los gatos callejeros.
Pero creo que son las ratas quienes dejan el plato vacío.

Se vende

Por cese de negocio me vendo en perfecto estado.

martes, 15 de junio de 2010

4:22 a.m

Duermo poco
y sueño demasiado.
Ayer me subí a la azotea
y me puse como un loco a lanzar poemas al viento.
Aunque lo que debería es lanzarme a la calle a buscar
una mujer con la que destrozar mi vida.
Lo detestable de vivir solo
es añorar compañía.

Y la única solución que tengo esta noche es
abrir la ventana de par en par
y dejar que entre el cielo.

Way Out

La poesía dejará de ser una cosa triste
cuando empiece a tener que ver con la vida de la gente,
cuando la gente vuelva a ser la que decida qué hacer
con sus vidas y con las palabras,mientras tanto
todo esto que hacemos seguirá siendo
Literatura.

(Antonio Orihuela)

Necesito una revolución social


Como si los pantalones no fueran los nuestros,
a nadie importa que sigamos
meando contra el viento.
La gente no se entera que hay que lavarse, y no solo el culo,
también la cabeza.
En un país donde solo los ricos tienen permiso
para ser estúpidos.
En un país donde dan consejo
quienes no dan ejemplo
mientras
acecha la tormenta allá en lo oscuro.
Añoro los años en los que se levantaba el puño.

Diagamos que yo sigo creyendo.
Digamos que para mí,
caminar por caminar
no cansa.

jueves, 13 de mayo de 2010

Los juicios que aún me quedan por perder

Me olvidé primero de mi y después de todo lo que me rodea.
Y solo yo soy el único culpable.
Anoche me decidí a subir al cielo y preguntar si tendrán para mi
alguna habitación vacía el día de mañana.
Un hombre con acento del sur me enseñó una pequeña cama con sangre reseca y sudor.
- Cada cual tiene lo que se gana.
Juré entonces que mañana cambiaría. Juré que mañana probaría a ser mejor persona.
Y hoy he comprobado que el mañana nunca se parece al mañana de ayer.

lunes, 10 de mayo de 2010

Instante de Bar Nº 7

- Las deudas me agobian tio.... y lo mas jodido es que nada me sale bien. Cuando veo un poco de luz al final del tunel alguien me vuelve a cerrar la puerta y de nuevo ¡zas! todo oscuridad. Estoy cansado de sobreponerme a los problemas una y otra vez.
- Me recuerdas a Sísifo.
- Mira Pelayo, a mi me importan un nabo tus amigos, del que te estoy hablando es de mi.

jueves, 29 de abril de 2010

Concordancias: Las personas del verbo

Una vez
Y por breve tiempo
Hace mucho tiempo
Tú y yo
Fuimos de pronto hasta muy adentro
Nosotros.

«Nosotros dos» podía yo decir
En las horas voraces que fueron nuestras.

Desde hace tiempo
Si hablo de ti
Sólo puedo emplear
La tercera persona: Ella.

El yo empobrecido se hunde
Entre las concordancias de la Nada.

José Emilio Pacheco

martes, 13 de abril de 2010

Hay demasiados alcohólicos. Hay demasiados ingenuos

- Tranquilo Pelayo… dame una fregona que yo lo limpio. Ando pachucho estos días. Ha sido un ataque de tos lo que me ha provocado el vómito. ¿Ves?, ahora tengo en la camisa los macarrones de la cena de anoche y el yogur en los zapatos. Los zapatos los puedo limpiar fácilmente, pero la camisa no. Y precisamente esta camisa. Es mi camisa favorita. La conseguí en Pitlochry, un pequeño pueblo escocés. Fue en un viaje al lago Ness. En mi juventud quise saltar a la fama y aposté por dar caza al monstruo que teóricamente habita en sus aguas. Siempre creí que aquella hazaña me reportaría fama y dinero. ¿Y sabes cómo la conseguí?

- ¿Conseguiste el qué?

- ¡La camisa Pelayo! La camisa... la conseguí en un bar. Estaba muy lleno para aquella hora del día. Me senté en el único taburete vacío. Bueno, no. Había dos taburetes vacíos, uno a cada lado de aquel tipo grande. Había una fila de hombres sentados en un banco de madera y me miraron como si fuese un homosexual o un perro abandonado. Yo les miré con lo que supuse tranquilo desdén. Ocupé uno de los taburetes y mascullé con mi mejor acento: One whisky double . Me zampé el whisky y pedí otro. - Eso es beber —dijo el tipo grande—. En cambio estos maricas, se sientan y están horas con un Whisky. Me gusta cómo se comporta forastero. ¿De dónde es, qué hace? - No hago nada —dije—. Y soy de España. ¿Tiene proyectos por aquí? – me preguntó antes de beber su copa de un solo trago. No, ninguno. Sólo ando por ahí. - ¿Y sería capaz un español errante de batirse en un duelo de whiskys con un escocés aburrido? – preguntó – según lo que haya en juego - contesté. Era el típico escocés pelirrojo. Grande, con ojos azules y vidriosos como una bola de cristal empañada en vaho. Eran vidriosos de una forma natural ¿me entiendes?... y un tipo grande…muy grande… con mucha cabeza y el pelo muy rojo…¿sabes?...comenzamos a beber y a beber y a beber y a beber y a beber copas hasta que uno de los dos cayó al suelo.

- ¿Él?

- No, yo. Cuando desperté el muy cabrón me había quitado todo el dinero y también la camisa que llevaba. Era una camisa negra y ya sabes… el negro es un color que combina muy bien con el rojo. Le debió gustar. Fue una camarera del bar la que me ofreció esta camisa azul. Susy era su nombre. Tenía los ojos tan azules como esta camisa… nunca olvidaré a aquella chica escocesa de pelo rojo. Pero fue la hija del dueño del bar la que más cuidados me dio. Tantos cuidados que lo siguiente que recuerdo es tenerla en mi regazo. Se llamaba Rachel. Tenía una larga cabellera rubia y buenas carnes prietas. En ese momento no sabía que también tenía mucho dinero. Así que me quedé un tiempo a vivir en Pitlochry. La chica me mantenía. Yo me levantaba hacia las once de la mañana, me tomaba una taza de café y tostadas, flirteaba con la joven es posa de un panadero que vivía en la parte de atrás, hacía amistad con una bailarina que vivía enfrente y cosas así. Rachel tenía una casita en el pueblo y allí jodíamos y comíamos. Me engordaba y me consumía al mismo tiempo. Nunca tenía suficiente. Pronto descubrí que era ninfómana. Y no tardé mucho en arrastrarme tambaleante por aquel pueblo mientras todos me miraban. Conocían su comportamiento sexual. Me tenía rendido. Lleno de bocados y moratones. No podía soportarlo. Pero su padre estaba contento conmigo. Por primera vez desde hacía mucho tiempo no tenía que oír con cuantos vecinos andaba jodiendo su hijita. Así que el hombre me mimaba. En el bar nunca me faltaba de nada. Tenía todo el whisky que quería. Tenía toda la comida que quería. Todo el tabaco que quería. Pero me estaba cansando de Rachel. Y empecé a fijarme en Susy, la camarera del bar. Tenía el mejor culo del pueblo. Y de cara estaba bastante bien. Lo que no entendía era porque aquella chica no tenía novio. Se lo pregunté un par de veces y ella siempre agachaba la cabeza y se marchaba sin decir nada. Un día me contaron su historia. Por lo visto siendo ella adolescente, se le quedó un pepino atascado en el coño y tuvo que ir al doctor para que se lo sacara, y, como en todos los pequeños pueblos, en seguida se corrió la voz. Así que la pobre chica fue marginada. Y yo me empecé a obsesionar con ella. La imaginaba, desnuda en su cama, marginada y cachonda con la única compañía de un pepino. Comencé a pasar cada vez más tiempo en el bar. Hablaba demasiado con ella y ella hablaba demasiado conmigo. Ella lo necesitaba. Necesitaba que un hombre la tratase como una mujer y no como una marginada. Además tenía el mejor culo del pueblo. Así que su padre empezó a mosquearse conmigo. Veía mi actitud con Susy y no le gustaba. Pero yo no quería a su maldita hija. Su hija lo que necesitaba era precisamente un pepino.

Me empecé a cansar y lo notaba en la cama. No rendía lo suficiente para Rachel y ella se comenzó a cansar de mí. Una mañana me despertó llorando: -¡Oh, Pepe , te quiero y estoy tan apenada, tan apenada! Pero quiero que te vayas… no podemos seguir así. – Y era cierto, yo desde luego no podía seguir así. Me ayudó a doblar cuidadosamente mis pantalones en la maleta, mis calzoncillos y mi cuchilla de afeitar. Cuando estuve listo para irme, empezó a llorar de nuevo. Le di un pequeño mordisco en la oreja derecha, y me despedí. Cuando salí a la calle comencé a caminar en círculos por aquel jodido pueblo escocés. Me senté en un banco y me lié un cigarrillo. Ahora solo quería que el reloj llegara a las once de la noche. ¿Sabes porque Pelayo?

- ¿Por qué?

- Porque a esa hora, Susy salía de trabajar del bar. La esperé en la calle hasta las once y pico cuando ella apareció. Subía la calle donde yo la esperaba haciendo bailar su trasero al compás de sus pasos. Pasé la noche con Susy. Fue quizás la mejor noche que he pasado en toda mi vida. Aquella mujer tenía tantas ganas de probar el cuerpo de un hombre que nos llevamos toda la noche jodiendo… ¡oh Susy!... que mujer… te dije que tenía el mejor culo del pueblo?.

- Si, me lo dijiste.

- Pues me equivoqué, tenía el mejor culo de toda Escocia. Tuve que pasar todo el día siguiente en la cama. Cuando desperté eran las siete de la tarde. Aproveché que Susy estaba trabajando en el bar para vestirme y desaparecer de aquel pueblo. Esta camisa es lo único que me traje de Escocia.

- ¿Y encontraste al monstruo?

- ¿Qué monstruo?

- ¿No decías que ibas a dar caza al monstruo del lago Ness?

- Si…pero esa historia te la cuento luego. Cóbrate la copa que voy a casa a cambiarme de camisa. Son casi las ocho de la mañana. Esta es la primera copa que cae hoy en el pecho. Aún quedan historias por contar. Aún queda un largo día. ¡Ahora vuelvo! – gritó al abandonar el bar.

- ¿Oiga… es cierto todo lo que acaba de contar ese tipo? – me preguntó un hombre vestido con un mono azul que se encontraba al final de la barra.

Y yo solo pude echarme a reír al oír tanta ingenuidad y responder con educación simplemente como estaba previsto.

- ¿Lo duda?

martes, 9 de marzo de 2010

La muerte llega descalza




Lo que está acabando conmigo no es el alcohol que sustituye a la sangre de mis venas.
Ni la mezcla de alquitrán y Hachis, que al amparo del tiempo, incuban un cáncer en el mapa de mis pulmones.
Lo que está acabando conmigo es esta puta adicción a la tristeza.
A sabiendas de que solo quedará de mi
un papel donde un día escribí algo
y lo borró la lluvia.




Gaviotas


Sobre tu cabeza siguen volando en círculos gaviotas que te guían.

Y quizás quieras volver para deshacer lo hecho.

Pero aunque yo tuviera empaque para entender tus prisas,

solo podría decirte que te vaya bien.

O puede que me atrincherase con papel y lápiz

a vomitar mi orgullo.

O puede que entiendas que estas letras son por que

nunca antes tuve

una

que perder.

viernes, 5 de marzo de 2010

Pero si tú me miras

"Y es una soledad
tan desolada."

Mario Benedetti



Al despertar, las mañanas son difíciles
de sobrellevar
sin tu cuerpo en la cama.
Monotonía del rito del aseo,
añoro demasiado el hábito sencillo
que tienes de tu cuerpo.

Las tardes son vagas.
Las ocupo en especular
sobre el número de mirlos
que nublan este cielo sin azul.
Este océano negro suspendido del techo.

Y las noches...
sabor de licor amargo,
a sabiendas me enveneno por dentro.
Como buitre negro, castúo y carroñero, sobrevuelo tu cuerpo desde la distancia.

Cuando hablo contigo y cuelgas el teléfono,
siempre digo que te quiero.
Pero supongo que eso nunca lo has escuchado.

miércoles, 27 de enero de 2010

Ser

He sido yo.
Soy lo que queda y lo que muta.
Seré el resultado
de ciencias inexactas y
cantos rodados.

Una mariposa que bate sus alas
a punto de ser atravesada por un alfiler oxidado.

martes, 12 de enero de 2010

Me descubro

Al pensar en ti, la vida es hoy una ventana abierta ante mis ojos
y un estruendo de disparos cruzados.
Por que quiero tu aliento en mi almohada
y no este viento frío que penetra
en un horizonte de sucesos,
llevando consigo
la música triste de echarte de menos.

Me descubro casi llorando y pienso: ¿Qué estoy haciendo?

miércoles, 6 de enero de 2010

Nena

Veinte días brillantes como un racimo de uvas en los que
solo nos bastó un paraguas para bailar bajo la lluvia.
Abrirme el pecho y decirte I want you no ha sido ninguna locura.
Ya sabía que estoy loco por ti.
Veinte días que ya son humo, como veinte cigarrillos fumados de
una cajetilla de Lucky Strike.
Veinte días para alimentar mi memoria hasta la próxima.
Mientras violo las teclas de este añoso ordenador te imagino con la cabeza apoyada
en el cristal del bus viendo la ruta pasar hasta llegar a casa.
Esta vez no nos decimos adiós.
Esta vez volveremos.
Porque nos conformamos con poco,
solo necesitamos tener pegados los labios.