El novato vestía gabardina gris y sombrero. Entró con paso firme y gritó:
"¡Eeeeeesssto eeees un atraaaaaco!"
y la gente comenzó a reír mientras la cajera contaba un fajo de billetes
con una sonrisa boba en la cara
y un hombre mayor con bigote y bastón se acercó al novato
y le dijo que era una broma muy buena
que media España piensa también en un atraco
y el novato titubeó
y se echó a reír
y acompañó al hombre mayor con bigote y bastón hasta el final de la cola
y después disimuló recibir una llamada en el móvil
y salió del Banco sin apartar el dedo del gatillo
de la pistola que guardaba en uno de los bolsillos
de su gabardina gris.