lunes, 1 de diciembre de 2008

A pesar de todo

Recuerdo que aquella noche
comenzamos a discutir.
Tu habías bebido bastante.
Yo había bebido bastante más.
Tu me llamaste capullo integral
y
yo te llamé víbora asesina.
Entonces cogiste un libro
de la estantería
que resultó ser la Bíblia
y
me lo lanzaste
a la cabeza.
Recogí el libro del suelo,
lo abrí
y
leí: " El amor es sufrido y bondadoso.
El amor no es celoso, no se vanagloria,
no se hincha,
no se porta indecentemente,
no busca sus propios intereses,
no se siente provocado.
No lleva cuenta del daño.
No se regocija por la injusticia,
sino que se regocija con la verdad.
Todas las cosas las soporta,
todas las cree, todas las espera, todas las aguanta."

Nos quedamos mirándonos
a los ojos
y
echamos a reir.

2 comentarios:

José Manuel Martínez Limia dijo...

Me reafirmo en lo que dije hace unos días y pienso hace años: "la Biblia es un libro absolutamente apasionante". Y entre las miles de cosas que encierra, esta carta de Pablo a los Corintios tiene párrafos sublimes: "Y aunque tuviera el don de hablar en nombre de Dios y conociera todos los misterios y toda la ciencia (...) si no tengo amor, nada soy". Tiene gracia que algunos de los versos más hermosos que se han escrito nunca sobre el amor estén en este libro ... y en esta carta.

Pelayo dijo...

Efectivamente amigo limia. Tiene gracia que algunos de los versos más hermosos estén en este libro. Pero supongo que era esa su finalidad ¿no? cuando se intenta mandar un mensaje a la gente para que te sigan como borregos,hay que hacerlo con palabras bonitas.
Muy cierta la frase "si no tengo amor, nada soy".