martes, 9 de marzo de 2010

La muerte llega descalza




Lo que está acabando conmigo no es el alcohol que sustituye a la sangre de mis venas.
Ni la mezcla de alquitrán y Hachis, que al amparo del tiempo, incuban un cáncer en el mapa de mis pulmones.
Lo que está acabando conmigo es esta puta adicción a la tristeza.
A sabiendas de que solo quedará de mi
un papel donde un día escribí algo
y lo borró la lluvia.




7 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien soy una adicta a la tristeza. Se convierte en una enfermedad. Pero me gusta.

José Manuel Martínez Limia dijo...

No me cabe duda de que el suicidio es una de las bellas artes.

Saludo.

M.M dijo...

Muy drástico el suicidio ¿no?

asdasd dijo...

eso esta fuerte no crees muy fuerte y de hecho tiene razon mucha

Notonida dijo...

Me gusta. De una sinceridad aplastante, sin rol de víctima y reconociendo las cosas.

Un saludo

M.M dijo...

Parece que Pelayo no quiere opinar nada más sobre e tema...

Pelayo dijo...

Supongo que me refería a que todos nos vamos suicidando lentamente de una forma u otra..."de la piel para adentro comienza mi extrema jurisdicción, elijo yo que puede o no cruzar esa frontera".
Parece que el suicidio es un tema morboso del que hablar, pero lleva toda la razón el amigo Limia. Una de las bellas artes, y como arte, que quede para los artistas.
Personalmente prefiero trazar un plan para sobrevivir que para acabar en el hoyo.

Saludos a todos.