viernes, 5 de marzo de 2010

Pero si tú me miras

"Y es una soledad
tan desolada."

Mario Benedetti



Al despertar, las mañanas son difíciles
de sobrellevar
sin tu cuerpo en la cama.
Monotonía del rito del aseo,
añoro demasiado el hábito sencillo
que tienes de tu cuerpo.

Las tardes son vagas.
Las ocupo en especular
sobre el número de mirlos
que nublan este cielo sin azul.
Este océano negro suspendido del techo.

Y las noches...
sabor de licor amargo,
a sabiendas me enveneno por dentro.
Como buitre negro, castúo y carroñero, sobrevuelo tu cuerpo desde la distancia.

Cuando hablo contigo y cuelgas el teléfono,
siempre digo que te quiero.
Pero supongo que eso nunca lo has escuchado.

2 comentarios:

Felipe Marín Álvarez dijo...

!Cuántos mirlos! eh amigo. Y cuántas manos...
Las aves allí arriba, y abajo los humanos.

(Salud camarada)

asdasd dijo...

me gusta ese escrito es triste pero atractivo