jueves, 13 de mayo de 2010

Los juicios que aún me quedan por perder

Me olvidé primero de mi y después de todo lo que me rodea.
Y solo yo soy el único culpable.
Anoche me decidí a subir al cielo y preguntar si tendrán para mi
alguna habitación vacía el día de mañana.
Un hombre con acento del sur me enseñó una pequeña cama con sangre reseca y sudor.
- Cada cual tiene lo que se gana.
Juré entonces que mañana cambiaría. Juré que mañana probaría a ser mejor persona.
Y hoy he comprobado que el mañana nunca se parece al mañana de ayer.

1 comentario:

LatitadeAlmendras dijo...

que verdad más grande esa última frase