martes, 15 de junio de 2010

Necesito una revolución social


Como si los pantalones no fueran los nuestros,
a nadie importa que sigamos
meando contra el viento.
La gente no se entera que hay que lavarse, y no solo el culo,
también la cabeza.
En un país donde solo los ricos tienen permiso
para ser estúpidos.
En un país donde dan consejo
quienes no dan ejemplo
mientras
acecha la tormenta allá en lo oscuro.
Añoro los años en los que se levantaba el puño.

Diagamos que yo sigo creyendo.
Digamos que para mí,
caminar por caminar
no cansa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Necesitamos una revolucion social.Saludos Pelayo.