lunes, 2 de febrero de 2009

Patas de gallo en el corazón

Hace unos días hablé con él.
Me contó que había muerto
su compañero,
un "chucho" al que llamaba Leonardo,
según él, cruce entre
yorkshire y ángel.
Leonardo había estado junto a él
los catorce años
que
llevaba durmiendo entre cartones.
Lloraba como un niño recordando
a aquel animal.
Decía que ahora si sentía que
vivía solo en la calle.
Esta mañana ha amanecido muerto.
Los vecinos creen que lo mató el frio.

2 comentarios:

José Manuel Martínez Limia dijo...

Saludos Pelayo. Puede que sí fuese el frío. El terrible frío (muy por debajo de los cero grados) que debe sentirse cada vez que se van nuestros Leonardos y te das cuenta de que no quieres estar solo, sino que prefieres seguirle. Ir con él allá dónde sea.

Pelayo dijo...

Mucha razón llevas amigo. Y creo que lo único que podemos hacer es mandarles un beso. La soledad es algo duro, muy duro, que no comprendemos hasta que nos llega.
Un saludo