lunes, 23 de junio de 2008

Como el humo que se lleva el viento

Fumo un cigarrillo en la terraza
bajo un cielo azul y miles de nubes blancas
que conforman un paisaje de figuras imaginables.
El humo se eleva danzando desde mis dedos hasta
desaparecer en el infinito.
A veces me gustaria ser eso, humo.
Humo para que el poniente me llevase hasta las raices de tu pelo,
para desaparecer y llegar a unirme con esas nubes de algodón
que allá en las alturas reinan los cielos.
Yo no soy hombre de cielos.Es cierto.
Siempre estuve mas cerca del infierno,
quizás porque me dan miedo las alturas, o quizás
por este alma de aventurero.
De todo se aprende y de todo terminamos huyendo.
Si.
Huir no es de cobardes, sufrir sin necesidad es de gilipollas.
Pero ha llovido mucho desde eso.
A veces me reconcilio con el mundo y respondo
con amor, como tenía que estar previsto aunque en mi
cama las horas del amor aún hacen sombras.
El humo se eleva danzando desde mis dedos hasta
desaparecer en el infinito.
A veces me gustaría ser eso, humo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Pelayo

Te doy la bienvenida a la blogosfera gerenense, esto crece que no veas. Desconocía su creación si no llegas a dejarme un comentario en el post del haiku. Te he enlazado desde mi blog.

Te animo a que sigas escribiendo así. Muy guapo el post de la vida es puta...porque más que puta es reputa muchas veces.

Genial.

Un abrazo

mifuriaparanoica dijo...

Estoy totalmente de acuerdo,es más pienso que las cosas que deciden realmente el destino de una vida vienen dadas por casualidades o por decisiones involuntarias tan frágiles como ellas.

estarán alborotados los mirlos también mañana?

Pelayo dijo...

Gracias acordeprometeo. Y si, a veces la vida llega a ser reputa. Pero lo mejor es tomárselo con resignación y valentía. Y nosotros estamos capacitados,¿verdad amigo?.

Decirte "mi furia paranoica" que en mi vida, desgraciadamente todos los dias los mirlos están alborotados.Aunque he aprendido a controlarlos.
Y si,a veces la casualidad (que no causalidad) te lleva por caminos raros, por la esquina más perdida de los mapas.