domingo, 22 de junio de 2008

Recuerdos del perdedor

El viejo Ramón sigue yendo al café de la calle 27
y los niños aún lanzan piedras al tractor del molino.
A mi, me gustaba subir a enormes montañas de trigo
y en las eternas tardes de verano
bañarme y comer naranjas en el huerto del rio.
¿Que fue de aquel niño tímido que jugaba al futbol los domingos?
ahora escribe versos asesinando cigarrillos en cada suspiro.
Puedo presumir de poco, porque todo lo que toco se rompe.
El primer pitillo fumado en el trastero de la casa de abuela,
el primer polvo tembloroso entre los olivos del cementerio,
las botellas de alcohol robadas en el supermercado de la esquina o
llamar a las puertas de las chicas más atrevidas del pueblo.
Aquello ha quedado en el olvido de nuestro recuerdo colectivo,
en un cochambroso rincón de nuestros cerebros
se repiten sueños que se ecriben a si mismos.
Esos dias ya no volverán,
los vivímos sin ser conscientes de que son los únicos años
que los perdedores podemos disfrutar.

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