lunes, 25 de octubre de 2010

La boca huele a lo que comemos

Llegué a la consulta de aquel médico. "Joaquin Sanz . Urologia " ponía en una placa dorada de la entrada. La secretaria me preguntó mi nombre. - Mark Spitz - contesté. La señorita comenzo a buscar el apellido entre una serie de fichas. Mientras, yo aproveché para violarla un poco con la mirada. El tiempo suficiente. Buenas piernas. Buenas tetas y una cara bonita. Un médico listo, pensé.
- No encuentro su ficha señor Spitz.
- Es obvio monada, en realidad me llamo Pelayo Carrasco. Ha sido una fanfarronada, lo siento -. Se rió con desdén y comenzó a buscar de nuevo entre las fichas. Tenia una pinta bastante sexy. Debia de andar entre los 40 y los 45. Nena, pensé, podria darte una cabalgada que no olvidarías en la vida.
- Lea y firme al final del formulario -. Me alcanzó la hoja. No encontré el menor atisbo de sexo en su mirada. Comencé a ojear el formulario de forma desinteresada mientras me rascaba el cogote.
- ¿Le gusta el ajo? - preguntó con el ceño fruncido -. Al principio dudé... consideré aquella pregunta un tanto fuera de lugar -. Si... desayuno todos los días una tostada con aceite y ajo. ¿Es mi aliento quien me ha delatado?.
- Si. Debería masticar chicle o caramelos -. Firmé el formulario y le devolví el bolígrafo. - No no... quédese el bolígrafo. Debe de oler también a ajo y no soporto ese olor. - ¡Joder!, pensé - ¿tiene usted algun chicle o caramelo? no quiero causarle la misma impresion a su jefe.
- No, no tengo. Lo siento.
- Pues debería de masticar chicle usted también, le huele el aliento demasiado a polla. -Se limitó a soltar una risa fácil y decir por el telefonillo con voz mimosa "Señor Sanz, el señor Spitz se dirige a su despacho".

4 comentarios:

Felipe Marín Álvarez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Felipe Marín Álvarez dijo...

Al ajo habría que ponerle una capilla. No concibo mi vida sin los ajos, sin un buen tomate aliñao y sin mujeres de 40 a 45.

Anónimo dijo...

Machista y de muy mal gusto, un texto bastante desinspirado.

Pelayo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo amigo Anónimo. Y también contigo amigo Aureliano. Y seguro que también estaría de acuerdo con la idea del primer comentario suprimido por el autor.
Pero eso si Aureliano, llevas toda la razón. Al ajo había que ponerle una capilla.

Saludos.