lunes, 14 de julio de 2008

Mientras veo pasar nubes blancas

Son las cinco de la tarde y
estoy fumando un cigarrillo con
la ventana cerrada viendo pasar
nubes blancas al otro lado del cristal.
Pienso en ti.
Aquella noche tenías los ojos tan sexys como Betty Boop y
una pequeña herida en la pierna izquierda.
Disfruté paseando mi lengua por la cordillera de tu cuerpo.
¿Donde van dos corazones locos?
A una habitación donde poder bailar una noche entera.
Me decías que te morías por dormir un rato después de un polvo suave.
Por la mañana dejamos aquel motel como dos fugitivos y
me dijiste adiós con cara trasnochada
dándome un beso en la mejilla,
después de inventar sueños, hablar de Cawboys, de Darwin,
de la adicción a las drogas... de gastar cuatro condones y
yo no parar de llamarte nena.
Ahora vuelves en autobús hacía tu ciudad,
mientras yo veo pasar nubes blancas en el cielo de Gerena.

3 comentarios:

Mónica dijo...

veo muy peculiar en tus escritos,que expresas de una forma sensilla y clara lo que piensas y sientes, lo que la mayoria expresariamos ocultos entre metaforas y juegos literarios, lo que la mayoria escondemos tras el asusto de la sociedad, tu lo muestras cual palabras vienen a tu mente, por eso cada poeta y su obra es único.

Felipe Marín Álvarez dijo...

Interesante...

E increíble lo de los 4 condones...

No lo digo por el número, si no porque los canallas siempre iban a pelo, pero claro una cosa es ser golfo y otra ser tonto.

Enhorabuena por tu blog.
Aquí tienes uno de tus lectores.

José Manuel Martínez Limia dijo...

Estoy con Aureliano (muy bueno), total entre morirte con cáncer de hígado y vivir con el virus del SIDA. ¿No te estará amariconando la literatura?.