martes, 22 de julio de 2008

Un lapsus

Cuentan que el célebre historiador alemán Theodor Mommsen
era un tipo muy despistado.
En cierta ocasión, durante el trayecto en tren hacía una ciudad
cuyo nombre no recuerdo,
se encontraba plácidamente tumbado en el asiento de su camarote
ensimismado por la lectura de un libro,
cuando una niña de unos 11 años de edad, muy linda,
con largos tirabuzones rubios y unos brillantes ojos azules,
interrumpió su lectura para darle un pañuelo que al bueno de
Mommsen se le había caido al suelo.
- ¡Oh gracias querida!, que amable...¿cual es tu nombre?
- Anita Mommsen, papa.

1 comentario:

Mónica dijo...

ja, ja, me gusto mucho este cuento, es gracioso y a la vez anecdotico.