jueves, 25 de septiembre de 2008

Gracias

Lorca era gay,
y John Fante cagó a Bukowski.
El opio enardecía a Poe y
William Blake creía que a él lo salvaría la fe.
Ossian fue más guerrero que poeta,
Milton quedó ciego de tanto buscar el paraiso perdido y
Shakespeare ni siquiera sabemos si existió.
Dante viajó al purgatorio y Nietzsche acabó
tan loco como Freud.
Carver era alcohólico y cuenta que mató a Chejov
brindando con Vodka.
O´neill siempre será O´neill y
los "Panero brothers" unos pijos vividores,
menos tú, Leopoldo, se que sigues llorando en tu celda..

Antonio Machado tenía un corazón demasiado solitario y
el maestro de Quevedo fue un cabrón demasiado afinado.
Cervantes luchó contra todos con una sola mano y
Miller fue un vagabundo que dormía en la suit del "Palace Hotel".
Hemingway se voló la tapa de los sesos y
Baudelaire fue un bohemio desencantado.
A Aejandra Pizarnik la mataron los excesos, y lo siento tanto querida...
y con Anaïs Nin me hubiera gustado hablar un rato,
creo que habríamos acabado follando.

A todos ellos, y a los que olvido que son muchos más,
gracias.
Ayudan a comprender
que todo aún sigue teniendo sentido.

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