viernes, 24 de octubre de 2008

Una mala noche

Son las cuatro de la
mañana
y
me acaba de despertar
el teléfono
fijo del salón.
Ha roto
el silencio monótono
de la ciudad
dormida.
Es un ruido espantoso
que se extiende por
todos los rincones
de la casa.
¿Quien será?
Dios santo...
puede
que a mi madre le
haya sucedido algo,
o a mi padre,
o a Encarna,
o a algún compañero
del curro.
Bueno... si es a un
compañero del curro
me la suda.
Descuelgo el teléfono
con pulso tembloroso
y
pregunto quien es.
-¿Está Lola?
-Aquí no vive ninguna Lola.
-Perdón, me he equivocado.
Hijo de puta,
ojalá esa tal Lola te haya
jodido la vida,
como tu me acabas
de joder la noche.

2 comentarios:

José Manuel Martínez Limia dijo...

Genial.

Anónimo dijo...

Y hay que ver como se dispara la adrenalina cuando suena el teléfono a esas horas!!! siempre te pones en lo peor y luego acaba siendo un juerguista nocturno que se ha equivocado de número y encima va el tío y te dice que el que se ha equivocado al descolgar has sido tu.